“El estar aislada me hacía sentirme sola y ahora que uso la tecnología y con este curso me sentí que estaba en conexión con otras mujeres”, nos dice una activista que participó en el Curso de Seguridad Integral Feminista, facilitado por Grupo Venancia en julio y agosto pasado. Frente a la emergencia sanitaria se optó por mantener el distanciamiento físico, pero logramos acercarnos de forma virtual usando nuestros teléfonos celulares para comunicarnos una vez a la semana.

Nancy Mora, educadora de la organización, nos cuenta que la temática del curso facilitó conocimientos y ejercicios de autocuido y seguridad emocional, física y digital en estos tiempos tan difíciles, debido a la combinación de tantas crisis. Durante ocho sesiones una vez por semana se compartió información y herramientas para gestionar las emociones, además de ejercicios de respiración, meditación, tapping (técnica de liberación emocional con golpecitos ligeros) y recomendaciones para cuidar nuestra alimentación y salud en tiempos de pandemia, entre otros aspectos.
“Comenzamos haciendo una lectura emocional para reconocer emociones que sentimos y vivimos, desde alegría hasta el enojo sin negar ninguna. Aprendimos a hacernos automasajes y a usar los aromas y el fuego para conectar con una respiración agradable y pausada usando inciensos y velas”, nos cuenta Nancy, quien añade que también están ofreciendo apoyo sicológico a algunas defensoras.

Además menciona que se hizo un llamado al uso de hierbas y plantas medicinales y a la alimentación natural para subir defensas. “Hay que consumir lo que está en las comunidades, lo que cosechamos en nuestros patios y parcelas”, afirma Nancy.
Ejercicios tan sencillos como encender velas nos ayuda a sentir que esa es luz de conexión con las otras, explica la educadora. También afirma que invitaron a escribir lo que pensamos y sentimos de la mano de la artista cuentacuentos Dorling López, quien compartió recomendaciones básicas de escritura.

“El cierre lo hicimos escribiendo cuentos que resumieran la experiencia del proceso y nuestros propios compromisos para autocuidarnos”, apunta Nancy. El siguiente paso es la publicación de una cartilla con los cuentos impresos como reconocimiento a la importancia de escribir desde las mujeres.
Estamos muy contentas porque nos reunimos de forma virtual entre 40 y 45 mujeres de comunidades de Pantasma, Waslala, La Dalia, San Ramón, Jinotega, Matagalpa, Darío y Somoto. Todas defensoras o activistas vinculadas a la Red de Mujeres del Norte, Movimiento de Jóvenas Comunitarias Lidia Espinoza, Red de Mujeres de Matagalpa y la Asociación para el Desarrollo Integral Comunitario.
Buscando la seguridad

Durante el proceso las mujeres también identificaron que las cantinas y zonas aledañas son los espacios más vulnerables en sus comunidades. Además reconocieron que la situación ha empeorado debido a la presencia de hombres armados que actúan al margen de la ley y por ello acordaron medidas colectivas de autocuido frente a estas situaciones.
“El curso fue muy importante, muchas mujeres que no se imaginaban usando la tecnología, ahora lo reconocen como un gran recurso para no sentirse solas en un momento de crisis tan complejo”, finaliza Nancy.


