
Son víctimas o sobrevivientes y buena parte de la opinión pública las juzga como si fueran las responsables. Las redes sociales están llenas de alertas de desapariciones de niñas y denuncias de chavalas que han sido violentadas por hombres cercanos, y es increíble cómo muchos comentarios, en lugar de respaldarlas, las culpan de todo, sacando del foco a los agresores.
Este no es un problema individual sino social, donde no solo debemos poner en remojo el machismo en general y los mitos del amor romántico con que crecemos las mujeres, sino la desprotección de las chavalas y reconocer algunos factores que las exponen más, como haber vivido abuso sexual en la infancia.
Cuando sos chavala, tanto en la adolescencia como en la juventud, los principales intereses es tener amistades, novio o estudiar. Y a veces los límites entre amor y sexualidad no están claros, eso lleva a que algunas no puedan discernir entre un amor respetuoso y uno abusivo, nos explica Ruth Marina Matamoros, sicóloga de Grupo Venancia, con más de 20 años atendiendo a sobrevivientes de violencia.
Ella también menciona que un factor que incide es la desprotección que viven en sus familias. Hay chavalas que viven aisladas, no las dejan salir y les prohíben tener amigos o novio bajo amenaza de castigo. Y si vive violencia o está sobrecargada de tareas que limitan su libertad, es más fácil que crea en cualquiera que le ofrezca una salida, sea amorosa o de trabajo, nos dice Ruth Marina.

Además, hay que tomar en cuenta que crecemos con ese concepto de amor romántico al estilo de los cuentos de Disney, lleno de estereotipos machistas y patriarcales, que relacionan amor con sacrificio.
Otro factor es que muchos delincuentes están al acecho de chavalas vulnerables, por ejemplo, un abusador sexual observa, escoge y se aprovecha de sus problemas para acercarse haciéndose el protector. Es el mismo patrón de los reclutadores de trata de personas que ahora usan las redes sociales: con perfiles falsos primero se hacen amigos, se muestran comprensivos y preocupados y luego les ofrecen mejor vida y trabajo, las oportunidades que ellas buscan, expresa la terapeuta feminista.
Abuso sexual nos expone más
“Debemos entender que en la adolescencia se dan las primeras relaciones amorosas ocupando un lugar importante en sus vidas. También hay algunas ─no es una regla─ que aceptan acercamientos físicos inadecuados porque han vivido abuso antes, lo que les dificulta establecer relaciones que no están asociadas al sexo. Se llama sexualización traumática, es terrible porque se aprende de forma errónea y dolorosa a vivir la sexualidad, y esto a su vez las puede convertir en blanco sexual de gente que se aprovecha de esa vulnerabilidad”, nos comenta la sicóloga.
Cuando somos niñas que hemos crecido con mensajes desempoderantes, muchas veces no tenemos los recursos para decir NO al abuso. Como mujeres escuchamos que siempre hay que satisfacer a los demás, por eso nos cuesta aprender a decir NO. Y entonces para sobrevivir se adapta a la situación de abuso para evitar perder la vida, “porque los agresores las amenazan con matarlas a ellas o a sus familiares queridos”, nos advierte la terapeuta.

Qué podemos hacer
La sicóloga Ruth Marina menciona algunos factores protectores como:

- Enseñar a chavalas y chavalos a decir NO a los acercamientos no deseados sean o no de tipo sexual y a identificar que sus necesidades de afecto se satisfagan de manera segura.
- Evitar el rechazo o la culpabilización frente a situaciones en donde no tenemos responsabilidad. Urgen espacios para hablar, desahogarnos y confiar.
- Hablar de los mitos del amor romántico con las chavalas para que no caigan en esas trampas.
Si desea conocer más de este tema por favor vea los siguientes artículos:
Cómo evitar que las chavalas se vayan de boca en su despertar amoroso • Así actúan los manipuladores para violentar mujeres • Algunas tácticas que usan los “hombres modelo” para abusar mujeres • Ninguna mujer debe morir en nombre del amor