Son muchas las personas que crecen creyendo que son incapaces y que no merecen las cosas buenas de la vida, de pequeños les convencieron que esto era así. Tal vez la intención de sus tutores (padres, madres, familiares, educadores), era “que se diera cuenta que estaba haciendo las cosas mal,” pero nunca le dijeron cómo podían hacerlas mejor.
La buena noticia es que como la autoestima se aprende, también se puede cambiar. Haber tenido una infancia difícil en la que quizás no sentimos el aprecio, apoyo y valoración de los demás, no tiene porqué cargarse durante toda la vida. Hay varias cosas que podemos hacer para darnos a nosotras mismas esa valoración que nos falto en un tiempo. De esto hablaremos más adelante.
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